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- Bob Sobotta—A Memoir Completed
By Bob Fontaine For the ICR Despite repeated falls and declining health, my friend Bob Sobotta remained determined to complete his memoir. But his memoir, “Reflections, Challenges and Blessings,” was unfinished when Bob, surrounded by his family, passed away peacefully in the evening hours of Tuesday, Nov. 4. Yet, in a deeper and far more beautiful way, Bob’s story is now complete—completed not by his own hand, but by the loving hand of God. Those of us blessed to have known Bob know that his life itself was a living memoir—a testimony written daily in the way he loved his family, lived his Catholic faith, and served with integrity, kindness and a humility which guided his life of servant leadership in both public and Catholic education. I had the privilege of working with Bob first at the Idaho State Department of Education and later in the Diocese of Boise. In both places, Bob stood out not only for his professional excellence but for his character. He carried his faith quietly but confidently. In every conversation, every decision, every challenge, Bob’s sense of fairness and compassion guided him. He never lost sight of the people behind the policies or the students behind the test scores. During our time at the State Department, I remember how his smile and laughter could dissolve a tension in a meeting or lighten a long afternoon. It wasn’t the kind of humor that drew attention to himself, but rather the kind that drew people together. He had a gift for connection, for making others feel seen and valued. When our paths crossed again years later at the Diocese of Boise, I was grateful for the opportunity to serve with him once more. Bob had taken on the role of Superintendent of Catholic Schools, and his devotion to Catholic education was inspiring. He worked tirelessly to ensure that Catholic schools across Idaho met accreditation standards but remained rooted in the mission of Christ. It was during those years that we met in our “Fourth Day” gatherings each week. Those of us who had completed a Cursillo would meet during lunch in the empty boardroom at the Diocesan office. Those moments became an oasis in the middle of a workday; a time to pray, reflect and encourage one another in our walk with Christ. Bob’s insights during those gatherings were always heartfelt. He could take a passage of Scripture and, with just a few words, make it come alive in practical, human ways. It was a time we treasured. Behind all his accomplishments stood his beloved wife, Loretta. Their 60 years of marriage was a true partnership of faith, love and respect. Loretta’s quiet strength, her deep roots in the Nez Perce community and her own faith journey shaped so much of who Bob was. He often spoke of her with deep affection and gratitude. His family—six children, 15 grandchildren and 14 great-grandchildren (and another on the way)—were his greatest pride and his truest legacy. Though his written memoir remains unfinished, I believe that God has now completed the final chapter. God has welcomed him home and filled in the remaining pages. And in that divine completion, Bob’s story finds its perfect ending—not an ending of sorrow, but one of fulfillment and peace. When I think of Bob now, I picture him with that familiar smile, that twinkle in his eye, perhaps sharing a laugh with the saints, or gently offering advice to a few angels about leadership. His humor, kindness, empathy and sense of fairness live on in all who knew him. His faith continues to inspire. And his story—though unfinished here—will continue to be written in the lives he touched. Rest well, my friend. Your memoir is now complete with God.
- Obispos estadounidenses emiten un “mensaje especial” sobre inmigración
Al reunirse la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) durante su Asamblea Plenaria de Otoño en Baltimore, los obispos emitieron un mensaje especial en el que expresaron su preocupación por la situación cambiante que afecta a los inmigrantes en los Estados Unidos. Fue la primera vez en doce años que la USCCB recurrió a esta forma particularmente urgente de expresarse como cuerpo episcopal. La última vez que lo hizo fue en 2013, en respuesta al mandato federal sobre anticonceptivos. De conformidad con las normas relativas a las declaraciones y publicaciones de la Conferencia, solo se pueden emitir «mensajes especiales» en las asambleas plenarias y se trata de declaraciones que el presidente de la Conferencia, el Comité Administrativo o el conjunto de los miembros considera apropiadas en vista de las circunstancias del momento. Para demostrar el consenso del organismo, un «mensaje especial» debe recibir dos tercios de los votos de los miembros de la Conferencia presentes y votantes en la sesión plenaria para ser aprobado. Con 216 votos a favor, 5 en contra y 3 abstenciones, los obispos aprobaron por abrumadora mayoría el mensaje especial, lo que fue seguido de un prolongado aplauso del organismo tras la votación. El texto completo del mensaje especial de los obispos a continuación: Como pastores, los obispos de los Estados Unidos, estamos unidos a nuestro pueblo en nuestro Señor Jesucristo, por lazos de comunión y compasión. Nos inquieta ver en nuestras comunidades un clima de temor y ansiedad ante las prácticas de perfilamiento y la aplicación de las leyes migratorias. Nos entristece profundamente el tono que ha adoptado el debate contemporáneo y la creciente denigración de los inmigrantes. Nos preocupan las condiciones en los centros de detención y la falta de acceso a una atención pastoral adecuada. Lamentamos que algunos inmigrantes que viven en los Estados Unidos han perdido su estatus migratorio de manera arbitraria. Nos preocupan las amenazas contra la santidad de los lugares de culto, y el carácter especial de los hospitales y las escuelas. Nos entristece profundamente cuando nos encontramos con padres que temen ser detenidos al llevar a sus hijos a la escuela o cuando intentamos consolar a familiares que ya han sido separados de sus seres queridos. A pesar de los obstáculos y prejuicios, por generaciones, los inmigrantes han contribuido inmensamente al bienestar de nuestra nación. Como obispos católicos, profesamos nuestro amor por nuestro país y oramos por su paz y prosperidad. Por este preciso motivo nos sentimos obligados en este entorno a elevar nuestras voces en defensa de la dignidad humana otorgada por Dios. La enseñanza católica exhorta a las naciones a reconocer la dignidad fundamental de todas las personas, incluidos los inmigrantes. Como obispos, abogamos por una reforma significativa de las leyes y los procedimientos migratorios de nuestra nación. La dignidad humana y la seguridad nacional no son valores en conflicto. Ambas pueden alcanzarse con buena voluntad y uniendo esfuerzos. Reconocemos que las naciones tienen la responsabilidad de controlar sus fronteras y establecer un sistema de inmigración justo y ordenado por el bien común. Sin dichos procedimientos, los inmigrantes corren el riesgo de caer en la trata de personas y en otras formas de explotación. Las vías legales y seguras sirven como antídoto frente a esos riesgos. La enseñanza de la Iglesia se basa en la preocupación fundamental por la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios. (Génesis 1:27). Como pastores, recurrimos a las Sagradas Escrituras y al ejemplo de Dios mismo, donde encontramos la sabiduría de la compasión de Dios. La prioridad del Señor, como nos recuerdan los profetas, es para los más vulnerables: las viudas, los huérfanos, los pobres y los migrantes (Zacarías 7:10). En el Señor Jesús, vemos a Aquel que se hizo pobre por nosotros (2 Corintios 8:9), vemos al buen samaritano que nos levanta del polvo (Lucas 10:30-37) y vemos a Aquel que se encuentra en los más pequeños (Mateo 25). La preocupación de la Iglesia por el prójimo y nuestra preocupación aquí por los inmigrantes son una respuesta al mandato del Señor de amar como Él nos ha amado (Juan 13:34). A nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, estamos con ustedes en su sufrimiento, pues si un miembro sufre, todos sufren (1 Corintios 12:26). ¡No están solos! Observamos con gratitud que tantos de nuestros sacerdotes, religiosos consagrados, y fieles laicos ya están acompañando y asistiendo a inmigrantes en sus necesidades humanas básicas. Exhortamos a todas las personas de buena voluntad a continuar y ampliar esos esfuerzos. Nos oponemos a las deportaciones masivas e indiscriminadas. Oramos por el fin de la retórica inhumana y de la violencia, ya sea dirigida contra inmigrantes o contra los organismos de seguridad. Oramos para que el Señor guíe a los líderes de nuestra nación y estamos agradecidos por las oportunidades pasadas y presentes de dialogar con funcionarios públicos y electos. En este diálogo, continuaremos abogando por una reforma migratoria significativa. Como discípulos del Señor, seguimos siendo hombres y mujeres de esperanza, ¡y la esperanza no defrauda! (Romanos 5,5). Que el manto de Nuestra Señora de Guadalupe nos envuelva a todos en su maternal y amoroso cuidado y nos acerque cada vez más al corazón de Cristo.
- Nov. 21 issue of the Idaho Catholic Register is here
The latest issue of the Idaho Catholic Register should be in mailboxes beginning Friday, Nov. 21. Don't miss out on Idaho Catholic news. Visit https://www.idahocatholicregister.org/ to subscribe.
- U.S. Bishops Issue a “Special Message” on Immigration from Plenary Assembly in Baltimore
As the United States Conference of Catholic Bishops (USCCB) gathered for their Fall Plenary Assembly in Baltimore, the bishops issued a Special Message addressing their concern for the evolving situation impacting immigrants in the United States. It marked the first time in 12 years the USCCB invoked this particularly urgent way of speaking as a body of bishops. The last one issued in 2013 was in response to the federal government’s contraceptive mandate. Under the regulations pertaining to statements and publications of the Conference, a “Special Message” may only be issued at plenary assemblies, and they are statements which the President of the Conference, the Administrative Committee, or the general membership consider to be appropriate in view of the circumstances at the time. To show the consensus of the body, a Special Message must receive two-thirds of the Conference members present and voting at the plenary in order to pass. In a vote of 216 votes in favor, 5 votes against, and 3 abstentions, the bishops overwhelmingly approved the Special Message, with sustained applause of the body following the vote. The full text of the bishops’ Special Pastoral Message follows: “As pastors, we the bishops of the United States are bound to our people by ties of communion and compassion in Our Lord Jesus Christ. We are disturbed when we see among our people a climate of fear and anxiety around questions of profiling and immigration enforcement. We are saddened by the state of contemporary debate and the vilification of immigrants. We are concerned about the conditions in detention centers and the lack of access to pastoral care. We lament that some immigrants in the United States have arbitrarily lost their legal status. We are troubled by threats against the sanctity of houses of worship and the special nature of hospitals and schools. We are grieved when we meet parents who fear being detained when taking their children to school and when we try to console family members who have already been separated from their loved ones. “Despite obstacles and prejudices, generations of immigrants have made enormous contributions to the well-being of our nation. We as Catholic bishops love our country and pray for its peace and prosperity. For this very reason, we feel compelled now in this environment to raise our voices in defense of God-given human dignity. “Catholic teaching exhorts nations to recognize the fundamental dignity of all persons, including immigrants. We bishops advocate for a meaningful reform of our nation’s immigration laws and procedures. Human dignity and national security are not in conflict. Both are possible if people of good will work together. “We recognize that nations have a responsibility to regulate their borders and establish a just and orderly immigration system for the sake of the common good. Without such processes, immigrants face the risk of trafficking and other forms of exploitation. Safe and legal pathways serve as an antidote to such risks. The Church’s teaching rests on the foundational concern for the human person, as created in the image and likeness of God (Genesis 1:27). As pastors, we look to Sacred Scripture and the example of the Lord Himself, where we find the wisdom of God’s compassion. The priority of the Lord, as the Prophets remind us, is for those who are most vulnerable: the widow, the orphan, the poor, and the stranger (Zechariah 7:10). In the Lord Jesus, we see the One who became poor for our sake (2 Corinthians 8:9), we see the Good Samaritan who lifts us from the dust (Luke 10:30–37), and we see the One who is found in the least of these (Matthew 25). The Church’s concern for neighbor and our concern here for immigrants is a response to the Lord’s command to love as He has loved us (John 13:34). “To our immigrant brothers and sisters, we stand with you in your suffering, since, when one member suffers, all suffer (cf. 1 Corinthians 12:26). You are not alone! “We note with gratitude that so many of our clergy, consecrated religious, and lay faithful already accompany and assist immigrants in meeting their basic human needs. We urge all people of goodwill to continue and expand such efforts. “We oppose the indiscriminate mass deportation of people. We pray for an end to dehumanizing rhetoric and violence, whether directed at immigrants or at law enforcement. We pray that the Lord may guide the leaders of our nation, and we are grateful for past and present opportunities to dialogue with public and elected officials. In this dialogue, we will continue to advocate for meaningful immigration reform. As disciples of the Lord, we remain men and women of hope, and hope does not disappoint! (cf. Romans 5:5) “May the mantle of Our Lady of Guadalupe enfold us all in her maternal and loving care and draw us ever closer to the heart of Christ.”
- Advent is an opportunity to prepare our hearts for Christ’s coming
By Tish O’Hagan Diocese of Boise, Director of Worship I’ve written a lot about Advent for the Register over the years, some of it more liturgy-based, nuts-and-bolts factual and some of it more esoteric. The feasts, the Propers for the Mass and the Hours, and the environment of the season are gifts to us of the liturgical calendar. They help us, if we are attentive, to open our hearts to the coming of Christ, the commemoration of His birth at Christmas and His coming at the end of time. This year, in preparation for Advent, I’d like to write about—and invite ICR readers to think about—a way of perceiving the Christ who has already come and is coming, using a line from a poem called “Nativity,” by the poet Li-Young Lee. Lee was born in Indonesia of Chinese parents. His father was a passionate Christian minister during the reign of Mao Zedong. Lee’s family fled China, then Indonesia, to escape persecution. Once in the United States, Lee became an American and a celebrated poet, his poetic vision broadened by his experience as an immigrant and by his Christian background. “Nativity” is a beautiful poem, and I encourage everyone to look it up and read it. For this piece, I’m only quoting the last line: “out of what little earth and duration/out of what immense goodbye/each must make a safe place of his heart/before so strange and wild a guest/as God approaches.” In the time of Christ, religious theologians and scholars knew that Christ was coming. They had studied scripture and prophecies and seen that all the signs that foretold his birth were in place. They knew the time of the Messiah was imminent. Indeed Simeon, the blind man who received the child Jesus into the temple, proclaims it: “Now, Master, you may let your servant go in peace, according to your word, for my eyes have seen your salvation, which you prepared in sight of all the peoples, a light for revelation to the Gentiles, and glory for your people Israel” (Luke 2:29-32). And yet, when Jesus did come, the religious elite denied that he was the Messiah they had long been waiting for. Why? Why did a blind man see more clearly than the elect of Israel? Perhaps it was because then, as now, our vision tends to be clouded and our hearts closed to the one God, if God does not look or behave the way we want or expect. Perhaps it is because, unlike Simeon, the religious leaders of the time were not prepared for an “immense goodbye.” Simeon’s disability, his age and readiness for his own death, had humbled him to the point that his heart was fully ready to receive the true image of God. He had no fixed image of God; Simeon’s blindness meant that he could not see other than with his heart, and it was with his heart that he saw the Messiah and thanked God for his coming. Could it be that, like the pharisees, our impulse to make God in our own image is so strong that when he does not conform to that image, we reject him? That in the tameness and timidity of our perception of God, we have hearts that are unprepared to receive him? In Advent is our opportunity for a humility like Simeon’s. Over the next month, may we try to imagine that the Christ who is coming may not look as expected. In Advent is our opportunity to prepare our hearts for the entirety of the guest who approaches, and give welcome there.
- LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LA PÉRDIDA DEL LIBRE ALBEDRÍO
Diácono Thomas Middleton Parroquia Saint Jhon Paul II II parte Dios nos creó con libre albedrío para que pudiéramos elegirlo a Él, elegir el bien y elegir la luz... o no. Aunque la inteligencia artificial (IA) es una tecnología extraordinariamente útil y en constante avance, algunas aplicaciones utilizan algoritmos de inteligencia artificial tan potentes en su capacidad para manipular el comportamiento humano que cooptan nuestro libre albedrío. ¿Alguna vez has oído a alguien decir que se siente esclavo de su teléfono? Puede que sea cierto. Resulta que varios algoritmos de aplicaciones basados en IA son lo suficientemente potentes como para promover comportamientos adictivos. Explotan la psicología humana a través de un ciclo constante de anticipación de recompensas, manteniendo a los usuarios comprometidos con contenidos que desencadenan la liberación de dopamina: placer, recompensa, novedad. Puede parecerse mucho a una adicción y sentirse como tal. Aunque no todos tenemos el mismo nivel de vulnerabilidad, muchas personas experimentan ansias, pérdida de control y síntomas de abstinencia. La causa fundamental es el condicionamiento conductual de los algoritmos de las aplicaciones basadas en IA. ¿Alguna vez te has sentido culpable por no volver a un videojuego después de tomarte un descanso? Has sido condicionado. Los algoritmos están diseñados para maximizar el tiempo de pantalla. No están diseñados para maximizar tu bienestar. Estos algoritmos se utilizan en todo tipo de contenidos, no solo en videos. Los algoritmos de las aplicaciones basadas en IA registran el tiempo de pantalla, las repeticiones, las pausas, los deslizamientos, los “me gusta”, los compartidos, los comentarios, los sonidos de los vídeos e incluso las expresiones faciales para predecir tus micropreferencias, con el resultado final de una fuente de contenido altamente personalizada e interminable, con un programa de refuerzo de ratio variable. Es el mismo mecanismo neurológico que hace que la gente se vuelva adicta a las máquinas de Las Vegas y te mantiene despierto en la cama desplazándote por tu teléfono hasta las dos de la madrugada. Los usuarios caen en “madrigueras” de contenido cada vez más estimulante o extremo. Los videojuegos utilizan el ritmo de recompensa y la búsqueda de objetivos para crear ciclos de ansia de anticipación de dopamina. La IA ajusta la dificultad para que apenas consigas pasar, lo suficiente para sentir que lo estás haciendo bien, pero sin llegar a estar completamente satisfecho. Proporciona recompensas intermitentes a intervalos estratégicos (cosas gratis, bonificaciones) que crean un gancho psicológico. De manera similar, las plataformas de redes sociales utilizan la estimulación emocional para mantenerte involucrado. La IA realiza análisis continuos para aprender qué temas o emociones te mantienen activo y compara los datos con los de millones de otros usuarios. Aumenta el número de publicaciones que generan emociones de alta excitación (placer, ira, orgullo, miedo), porque impulsan aún más la participación. Todos estos algoritmos impulsados por la IA están protegidos como información privada. Solo se puede suponer el funcionamiento interno a un nivel detallado. TikTok, Instagram, Facebook, X, YouTube, Pinterest y Reddit utilizan algoritmos de aplicaciones basados en IA para controlar tu comportamiento. Las fuentes de noticias y los motores de búsqueda utilizan programación de IA para dar prioridad a los titulares y las historias que más probablemente captarán tu atención o se ajustarán a tus intereses. Aplicaciones como Spotify, Pandora y YouTube utilizan IA para recomendar canciones o podcasts mediante el análisis del historial de escucha, los tiempos preferidos y el tono emocional. La IA también impulsa la publicidad dirigida en todas las plataformas, seleccionando qué usuarios ven qué productos o promociones. Mediante el análisis instantáneo de datos, los bots de IA determinan por sí mismos la mejor manera de mantenerte conectado, incluyendo el uso de contenido para adultos. La verdad es irrelevante. Si utilizas esas aplicaciones, la IA trabaja sin descanso para manipularte. Estás siendo controlado, incluso cuando no estás conectado. Ahora, imagina la industria del entretenimiento para adultos y el uso de algoritmos impulsados por IA que explotan el desencadenante de la dopamina del placer. La combinación de algoritmos impulsados por IA y placer es abrumadora espiritual y psicológicamente para muchas personas. Se vuelven adictas, a menudo en su propio perjuicio. No es difícil imaginar que, debido al poder de los algoritmos, millones de personas en todo el planeta son psicológicamente adictas a los sitios de contenido para adultos. Santo Tomás de Aquino Santo Tomás de Aquino dijo que tenemos deseos humanos naturales o “apetitos concupiscentes”. Nuestro deseo de placer es un ejemplo claro. Estos deseos no son malos, sino parte del ser humano. Cuando se estimulan constantemente sin moderación, anteponiendo el placer a la razón, se convierten en apegos desordenados a las cosas de este mundo. Por esta razón, la adicción a los algoritmos de IA no es solo un problema psicológico. Aprovecha la concupiscencia humana y es un asunto espiritual grave que implica la erosión de nuestro libre albedrío otorgado por Dios. Embota nuestros sentidos espirituales. Las virtudes de la templanza, la prudencia y la fortaleza nos serán muy útiles para resistir las tentaciones de los algoritmos impulsados por la IA. Es algo así como el antiguo anuncio de patatas fritas: “Nadie puede comer solo una”. O, tal vez, más parecido al consumo de metanfetamina. Se dice que un solo consumo crea el riesgo de adicción. Debemos romper el patrón repetitivo de desencadenantes y comportamientos manipulados que nos alejan de elegir a Dios y liberarnos de vidas de uso compulsivo. Limitar el tiempo frente a la pantalla ya no es suficiente. El autocontrol y la autodisciplina se ven simplemente abrumados por estos poderosos programas. La IA no va a desaparecer. Debemos usar el intelecto y la razón a la luz de la fe para educarnos y protegernos. Debemos recuperar nuestras almas y recuperar el poder de elegir el bien. Debemos proteger a nuestros hijos, que son mucho más vulnerables a las manipulaciones conductuales impulsadas por la IA. Es hora de romper el ciclo de adicción impulsado por los algoritmos de las aplicaciones de IA que buscan robarnos el libre albedrío que nos ha dado Dios. Nota: He utilizado programas de inteligencia artificial para realizar la investigación necesaria para completar este artículo.
- Papa León XIV
Un nuevo Pastor conforme al corazón de Cristo Por Vero Gutiérrez Editora Asistente Con un inmenso agradecimiento por el amor que Dios ha manifestado a su Iglesia, católicos de todo el mundo, celebramos con gozo el nombra- miento del Papa León XIV, un pastor conforme al corazón de Cristo. El Romano Pontífice número 267 en la historia de la Iglesia. Ahora, bajo el lema de pontificado “In IIIo uno unum”-- “Qué todos seamos uno en El que es uno”--nos llama a la unidad como Iglesia. El Papa León XIV fue electo Papa en el segundo día del cónclave en la tercera fumata y así se anunció con el tradicional Habemus Papam, dando a conocer el nombre del cardenal Robert Francis Prevost. Previo a la celebración del Cuarto Domingo de Pascua, en que celebramos como Iglesia al Buen Pastor se dio el anuncio del nuevo Papa. Por ello, nuestro Obispo de la Diócesis de Boise Peter Christensen, en su mensaje puntualizó que ha sido providencial que la celebración del Domingo del Buen Pastor haya sido inmediata a su elección y así como Iglesia, nos unimos en oración por él para que sea un Buen Pastor para todo el mundo, guiando, alimentando enseñando y protegiendo con el corazón de Jesús. El Obispo Peter, también mencionó que debemos poner al Papa León XIV bajo el cuidado maternal de la Santísima Virgen María, Madre de la Iglesia. “El Espíritu Santo ha ben- decido una vez más a nuestra Iglesia Católica con este nuevo pontífice, de origen estadounidense”, subrayó el Obispo Peter. “En la Iglesia de Idaho celebramos con alegría y esperanza, igual que el resto del mundo también lo celebra.” En su programa de radio Sexto Continente, producido por Radio María el obispo de Orihuela Alicante José Ignacio Munilla, también dedico gran parte de su programa para hablar del nuevo Papa que dijo su nombra- miento ha sido una lección de eclesialidad y de confianza en Dios. “Toda la Iglesia se ha postrado en oración al momento de iniciar el cónclave y la respuesta de Dios ha sido esta: un nuevo pastor descubierto por los cardenales, pero elegido por Dios.” Monseñor destacó la importancia de las enseñanzas de San Agustín en la formación de este papado, señalan- do que el Papa León XIV encarna el celo misionero de Juan Pablo II, la claridad doctrinal de Benedicto XVI y la humildad del Papa Francisco. Al igual que Juan Pablo II, el nuevo Papa posee un profundo espíritu misionero, afirmó Monseñor Munilla, señalando que, de joven, el Padre Prevost dejó atrás una próspera vida estadounidense para servir en Perú. Entre las diferentes expectativas que había acerca del nuevo Papa, que podría ser italiano, quizá asiático, americano o africano. Finalmente, el Espíritu Santo actuó y con una mejor idea eligió a un misionero, cuyo lugar de nacimiento pasó a un segundo plano. Para Monseñor Munilla, el hecho de que el Papa sea de espíritu misionero reviste una importancia singular, y trasciende los parámetros que tanto daño causan a la Iglesia, como lo son los nacionalismos. Esta elección se convierte así en un signo elocuente de la auténtica catolicidad de la Iglesia. Finalmente, el Obispo de Orihuela argumentó que ahora como Iglesia nos corresponde seguir unidos en oración por su trabajo apostólico para que sea un instrumento de comunión interna en la Iglesia, sin permitir que las ideologías mundanas provoquen divisiones internas entre nosotros, ya que la falta de unidad ha causado heridas en la Iglesia. El Papa León XIV cuando fue obispo en Chiclayo , se robó el corazón de la gente por su cercanía con los más pobres y por defender la justicia social. ( Foto /Vatican Media) El Papa León XIV es nacido en Chicago (Estados Unidos), su nombre completo en español es Roberto Francisco Prevost Martínez fue Obispo de Chiclayo (Perú). Es Agustino de formación, ha dedicado gran parte de su ministerio a América Latina y es considerado un hombre de diálogo, firmeza doctrinal y profunda vida espiritual. El día 8 de mayo, fecha en que fue elegido Papa, es significativo porque se celebra a la Virgen Santa María Mediadora y a la Virgen de Luján en Argentina, a quien el Papa Francisco profesaba una especial devoción. Para la Iglesia, este día también es especial porque se celebra el aniversario de las apariciones del Arcángel San Miguel, a quien el Papa León XIII instituyó una oración para toda la Iglesia en la que pedimos la intercesión de San Miguel, quien ha sido clave en la lucha espiritual contra el mal. El mensaje del Papa León XIV seguido de su presentación al mundo como el nuevo Pontífice, estuvo especialmente orientado hacia la paz, la unidad y la sinodalidad de una Iglesia misionera. Afirmó “¡La paz este con ustedes! Una paz desarmada y desarmante, humilde y perseverante, que proviene de Dios, de Dios que nos ama a todos incondicionalmente.” El Papa León XIV, recordó al Papa Francisco, cuando ofrecía la bendición Urbi et Orbi en la celebración del domingo de Pascua y agregó “Permítanme dar continuidad a esa misma bendición. Dios nos quiere, nos ama a todos y el mal no prevalecerá porque estamos en las manos de Dios. “Ayúdense unos a otros” dijo el Papa “a construir puentes con el diálogo, el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz”. El Papa también incluyó en su primer mensaje el deseo de trabajar juntos como Iglesia misionera. Envió un saludo especial para la diócesis de Chiclayo en Perú con especial cariño y agradecimiento a su gente y, final- mente, expresó su deseo de continuar como una Iglesia sinodal que camina, que busca la paz y que permanece cercana especialmente con quienes sufren. Al final, invitó a todos a rezar el Avemaría para invocar la protección de nuestra Madre al que todos se unieron tanto en la plaza de San Pedro en Roma, como quienes seguían en todo el mundo la transmisión a través de los medios electrónicos.
- Cristo Rey
Lc 23, 35-46 Ante Pilato, Jesús se había declarado rey (Jn 18, 35ss). Esto bastaba para hacerlo blasfemo ante el poder religioso, y sedicioso ante el poder civil. Y aunque agrega que “su reino no es de este mundo”, el sentido de estas palabras escapaba a sus jueces. Jesús fue entregado a la muerte. Ante el poder era un rey fracasado; el letrero en la cruz lo atestiguaba: “Este es el Rey de los Judíos”. Pero ante el pueblo, la cosa era más compleja. Por sus hechos y palabras, por su vida entera, Jesús había dado testimonio de ese “otro reino”, y en el momento de su muerte sus palabras eran para muchos fuente de especulación y de esperanza. El Evangelio de hoy nos presenta el contraste de estas dos realezas. La falsa, la del poder temporal, la triunfalista. Los que aguardaban esto, no entendieron ni entenderán nunca nada de Jesús. “Si tu eres el Rey de los Judíos, sálvate a ti mismo”. El Reino de Cristo no va por ahí. Frente a esta falsa visión, el Evangelio nos introduce en la visión auténtica de su realeza. El buen ladrón la comprendió. Tal vez purificado por su sufrimiento, llegó a percibir lo que significaba “mi reino no es de este mundo, sálvate a ti mismo”. Y comprendió que este reino es el único valido, absoluto. “Jesús, acuérdate de mi cuando llegues a tu reino”. Conviene recordar que en el Evangelio de San Juan, Jesús muere encomendando gente, estableciendo nuevas relaciones, creando una nueva comunidad (Jn 19, 25-27). La única y conclusiva palabra no es la de un capitán, sino la de Jesús (Jn 19, 30). Para San Juan la Cruz es el trono de Jesús. Lo que humanamente hablando era la máxima degradación. La muerte en la cruz, la llegada a ese fondo de la miseria humana, es para San Juan la ascensión de Jesús a su trono real. Así consuma la revelación infinita de Dios por este mundo (Jn 3,16). “Desde lo alto de la cruz Jesús se convierte en Rey del mundo, en Salvador del mundo (Jn 4, 42). Por otra parte, conviene recordar lo que San Juan señala que a la hora de la muerte no hay tinieblas. Es la hora de la gran revelación. “Cuando levanten en lo alto al Hijo del Hombre, entonces comprenderán que yo soy” (Jn 8,28). Podemos afirmar entonces que Jesús es Rey porque su mensaje y la gracia transformante que brota de su cruz es el único liberador. Libera internamente a todos los hombres, de sus pecados y servidumbres. Libera a la sociedad porque transforma a los hombres que la componen, y porque los valores que inyecta en ella - la justicia, la fraternidad, la paz, el valor absoluto del “otro”, son el fermento y la condición de cualquier proceso de salvación. San Lucas describe con acentos trágicos la agonía de Jesús en medio de las burlas y bromas de quienes lo rodean. Nadie parece entender su entrega. Nadie ha captado su amor a los últimos. Nadie ha mirado en su rostro la mirada compasiva de Dios al ser humano. Cuando de pronto: una voz potente invoca: “Jesús, acuérdate de mi cuando llegues a tu Reino”. “Hoy estarás conmigo…”. Respuesta inmediata. Hoy mismo estaran los dos juntos disfrutando de la vida del Padre. !Venga a nosotros tu Reino, Señor!
- Christ the King
Luke 23:35-46 Before Pilate, Jesus had declared Himself king (Jn 18:35 ff.). This was enough to brand Him as both blasphemous and seditious in the eyes of the religious and civil authorities. Although He added that ‘His kingdom is not of this world’, His judges failed to understand the meaning of these words. Jesus was handed over to be put to death. In the eyes of the authorities, He was a failed king, as the sign on the cross made clear: “This is the King of the Jews.” But the matter was more complex before the people. Through His deeds and words, and throughout His life, Jesus had borne witness to the “other kingdom”, and at the moment of His death, His words were a source of both speculation and hope for many. Today’s Gospel presents us with a contrast between the two types of kingship. The false kind is temporal power and triumphalism. Those who expected this kind of Kingship did not understand Jesus, and never will. “If you are the King of the Jews, save yourself.” Christ’s kingdom is not like that. In contrast to this false vision, the Gospel presents us with the true nature of His Kingship.The good thief understood it. Perhaps purified by his suffering, he came to understand what “my kingdom is not of this world; save yourself”. He realized that this Kingdom was the only valid, absolute one. “Jesus, remember me when you come into your Kingdom.” In the Gospel of St. John, it is worth remembering that Jesus dies entrusting people, establishing new relationships, and creating a new community (Jn 19:25-27). The final and definitive word is not that of the captain, but of Jesus (Jn 19:30). For St. John, the cross is Jesus’ throne. Humanly speaking, it was the ultimate degradation. For St. John, death on the cross—the arrival at the depths of human misery—is the ascension of Jesus to His royal throne. Thus, He reveals God’s infinite love for the world (Jn 3:16). “From the top of the cross, Jesus becomes King and Savior of the world.” (Jn 4:42) On the other hand, it is worth remembering what St. John points out: at the hour of death, there is no darkness. It is the hour of the great revelation. “When they lift the Son of Man, then they will understand that I am.” (Jn 8:28) Therefore, we can affirm that Jesus is King because His message and the transforming grace that flows from His cross are the ultimate liberators. He frees everyone internally from their sins and bondage. He frees society by transforming its members and by instilling values such as justice, fraternity, peace, and the inherent value of others. These values are the foundation of any process of salvation. Saint Luke vividly describes the agony of Jesus amid the mockery and jokes of those around Him. No one seems to comprehend His devotion. No one has grasped His love for the least among us. No one has seen the compassionate gaze of God toward human beings in His face. Suddenly, a powerful voice calls out: “Jesus, remember me when you come into your Kingdom.” “Today, you will be with me...” An immediate response. Today, the two of them will be together, enjoying life with the Father. Thy Kingdom come, Lord!
- Tercer Congreso Católico de Hombres de Idaho
Por Vero Gutiérrez Editora Asistente Por tercer año consecutivo, se llevará a cabo el Congreso Católico de Hombres de Idaho, ahora con sede en la parroquia de Saint Jerome el día 22 de noviembre. La estación de Radio Católica Sal y Luz está a cargo de la organización. El lema del congreso 2025 es “Hombres de fe, hombres de acción” y los ponentes son el Padre Rito Guzmán, Julio Oliva y el Padre Ramón Celestino, provenientes de dife- rentes diócesis de Estados Unidos y México. El Padre Ramón Celestino Rosas Nació el 12 de septiembre de 1974 en Tehuacán Puebla, México, cursó tres años de Filosofía y cuatro de Teología en el Seminario Dio- cesano de Tehuacán, Puebla y obtuvo la licenciatura en Historia de la Iglesia en UNIGRE (Universidad Gregoriana de Roma). Fue ordenado sacerdote el 10 de febrero del 2000 en México. Ha sido formador en el Seminario Diocesano de Tehuacán y actualmente es párroco de la Parroquia de San José Obrero, en la diócesis de Tehuacán y Coordinador de la pastoral profética de la Diócesis. El Padre Rosas ha publicado los libros “La pedagogía de Jesús y la formación de sus discípulos, a la luz del PGP, Plan global de pastoral en México”. Editorial, Buena prensa, 2024. E “Historia de la Iglesia que peregrina en la diócesis de Tehuacán. 2025, Editorial, Solano. El Padre Rito Guzmán, pertenece a la congregación de los Misioneros del Espíritu Santo, cuyo carisma es promover la santificación de los sacerdotes y del pueblo de Dios, viviendo una espiritualidad centrada en el Amor y la Cruz. El Padre Guzmán nació en Guadalajara, Jalisco, México el 23 de febrero de 1982. Siete años más tarde se mudó con su familia a los Estados Unidos, a la ciudad de Oxnard, California. Después de un proceso de discernimiento de un año, ingresó a la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo en 2003. Durante su experiencia de noviciado de dos años, estudió Cristología, Eclesiología, Sagradas Escrituras, Historia de la Iglesia y la Vida Religiosa, Psicología, Métodos de Oración, Documentos del Concilio Vaticano II y otros temas relevantes. Al final del primer año en el noviciado, participó en los Ejercicios Espirituales Ignacianos de un mes de duración, lo cual resultó ser una de las experiencias más fructíferas de su vida. Profesó sus votos públicos de pobreza, castidad y obediencia en la Congregación de los Misioneros del Espíritu Santo el 30 de julio de 2005. Inmediatamente después de la profesión, se mudó a Mount Angel, Oregón y obtuvo su licenciatura y una doble especialización en Filosofía y Literatura en el Seminario de Mount Angel. Se graduó con honores. Desde el verano de 2009 hasta el verano de 2010 se convirtió en Director de Vocaciones para la Provincia en los Estados Unidos. Después de esta experiencia pastoral, se mudó a South Bend, Indiana y estudió en la Universidad de Notre Dame. Obtuvo una Maestría en Divinidad (MDiv) y también se graduó con honores. Durante este tiempo, participó en varias experiencias pastorales: RICA, Servicios de Trabajo Social, Formación de Líderes Católicos y Ministerio a hombres encarcelados. Fue ordenado sacerdote en la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe en Oxnard, California el 27 de junio de 2014. Muy pronto celebrará su décimo aniversario sacerdotal. Un mes después de su ordenación se mudó a Roma, Italia para aprender italiano y comenzar su Licenciatura en Teología Espiritual con especialización en Formación Vocacional en la Universidad Pontificia Gregoriana. Esta experiencia en Roma ha sido un punto culminante en su formación permanente. Escribió una tesis titulada “Hacia la Madurez en las Comunidades Religiosas” y se graduó con los más altos honores (Summa cum laude). Ahora habla tres idiomas con fluidez: español, inglés e italiano. Después de dos años en Roma, se mudó a Long Beach, California y fue director vocacional a tiempo completo. Un año después, el 1 de diciembre de 2017, le asignaron el cargo de vicario parroquial en la Iglesia Católica St. Matthew en Hillsboro, Oregón. En agosto de este año 2025, fue nombrado Promotor Vocacional de su Congregación Religiosa. Julio Oliva Seminarista y Cantante Misionero Julio Oliva tiene 29 años de edad, 14 años como misionero y 5 como seminarista en la diócesis de Fresno. Nacido en California. Es hijo único. Inició sus estudios en el seminario después de estudiar psicología. Tiene experiencia en la música y en la evangelización desde muy pequeño. Para este año, los temas que se van a abordar dentro del Congreso serán La Fe que se demuestra con obras y Ser Luz en el hogar y testigos en el mundo, por el Padre Ramón Celestino. Guerreros del Reino, por el Padre Rito Guzmán y Sanar el corazón del Hombre por el Seminarista Julio Oliva. Este año, el Congreso contará con una reliquia de Primer Grado del Padre Pío que la parroquia de Our Lady of the Rosary, prestará como una de sus piezas de su extenso relicario. El Padre Pío fue un sacerdote de la Orden de los Frailes Menores Capuchinos. Su nombre de nacimiento fue Francesco Forgione y desde pequeño demostró una inclinación profunda hacia la oración y lo sagrado. Desde los cinco años comenzó a experimentar éxtasis y visiones divinas. Recibió la orden sacerdotal cuando tenía 23 años. Su vida fue una batalla constante entre sufrimientos físicos y espirituales. Fue canonizado el 16 de junio de 2002 por el Papa Juan Pablo II. Padre Pío ha sido un modelo de humildad, sacrificio y amor por Dios. Durante el Congreso, los participantes tendrán la oportunidad de venerar su reliquia y solicitar a través de la intercesión de Padre Pío las gracias y favores que deseen. Los boletos para participar en el Congreso se encuentran a la venta en diferentes parroquias de la diócesis y mediante el sitio web de Sal y Luz Radio Católica, el costo de los boletos es de 60 dólares e incluye los alimentos. Participantes en el Congreso de Hombres realizado en la parroquia Our Lady of the Valley, en Caldwell, en el año 2024. (ICR photo/Vero Gutiérrez) Durante el Congreso se celebrará la Santa Misa, además de las ponencias, momentos de oración, adoración, reconciliación, y convivencia social. Si requiere de más información, favor de contactar a la parroquia de Saint Jerome o a Sal y Luz Radio Católica. Como cada año, se ha invitado a diferentes patrocinadores, por lo que los participantes al Congreso también tendrán la posibilidad de estar en contacto con otras organizaciones que trabajan por el bienestar de la comunidad hispana.
- Sacerdotes del Decanato Sur, peregrinan a Saint Joseph
Padres Evarist Shiyo,Camilo García, Ron Wekerle, Joseph Lusting, Pawel Pawliszko,Eladio Vieyra, y Padre Mauricio Medina. (Foto/Cortesía Padre Camilo García) El encuentro fraterno reunió a varios párrocos del decanato sur en oración y gratitud por su ministerio sacerdotal. Pocatello - Sacerdotes del decanato sur de la Diócesis de Boise, realizaron una peregrinación a la parroquia de Saint Joseph en Pocatello, uno de los sitios santos designados por el Obispo Peter Christensen durante el año jubilar para obtener la indulgencia plenaria. De acuerdo con el calendario del jubileo 2025, la semana del 25 al 27 de junio se celebró el jubileo de los sacerdotes y obispos bajo el lema “Sacerdotes felices – Los he llamado amigos” (Jn 15,15). Sin embargo, ya que aún nos encontramos dentro del Año Jubilar, el pasado 3 de noviembre un grupo de sacerdotes de nuestra diócesis, convocados por el Padre Joseph Lusting, párroco de Saint Edward the Confessor, decidió reunirse para participar en esta peregrinación en el marco del jubileo “Peregrinos de Esperanza”. Entre los participantes estuvieron los párrocos Camilo García, de Saint Nicholas en Rupert; Padre Evarist Shiyo, de Immaculate Concepción en Buhl; Padre Eladio Vieyra, de Saint Theresa en Burley; Padre Ron Wekerle, de Our Lady of The Valley y Saint Charles Borromeo en Hailey; Padre Pawel Pawliszko vicario de Saint Edwards y Padre Mauricio Medina, sacerdote retirado. Saint Joseph Catholic Church (Foto/Cortesía Padre Camilo García) Como parte de la jornada, los sacerdotes participaron de una celebración Eucarística en la parroquia de Saint Joseph en Pocatello, designada por el Obispo Christensen el pasado 6 de febrero como el segundo sitio santo del año Jubilar, después de la catedral de Saint John the Evagelist en Boise, para la obtención de las indulgencias plenarias. El Padre Camilo García, párroco de Saint Nicholas, expresó que esta peregrinación fue muy especial, pues, aunque muchos han tenido la oportunidad de viajar a Tierra Santa, esta experiencia tuvo un valor único por realizarse en comunión fraterna con sus compañeros sacerdotes del mismo decanato y en una parroquia con un profundo significado por estar bajo el patrocinio de San José. La parroquia de Saint Joseph acaba de cumplir 125 años, ya que fue consagrada en el año 1897, y actualmente es la iglesia católica más antigua de la diócesis que continúa abierta y recibiendo fieles para las celebraciones diarias y dominicales. “El grupo aprovechó esta oportunidad para pedir la intercesión de San José por la Iglesia, por nuestra diócesis y por nuestro ministerio como sacerdotes”, añadió el Padre Camilo. A propósito del jubileo de los sacerdotes, el Cardenal You Heung-sik prefecto del Dicasterio para el Clero Vaticano, recordó en entrevista con ACI Prensa que “un sacerdote feliz es el mejor anuncio del Evangelio”. La amistad con Jesús dijo el Cardenal, expresada en el versículo que da título al encuentro (Jn 15,15), es la clave para redescubrir el profundo sentido de la vocación y vivir el mi- nisterio con gratitud y entusiasmo. “Sacerdotes felices no es un simple slogan, sino una invitación a vivir el ministerio con plenitud, gratitud y pasión evangelizadora”. Aseguró el prefecto del Dicasterio para el Clero Vaticano. El Jubileo de la Esperanza 2025 es, en palabras del prefecto, “una ocasión de gracia, una gran oportunidad para mirar al futuro con confianza. Los sacerdotes, junto con diáconos y obispos, en todos los rincones del mundo, son verdaderos ‘peregrinos de esperanza’, porque cada día, en silencio y con fidelidad, siguen llevando a Cristo a las personas”. Aunque varios ya han peregrinado junto con sus fieles, este fue el primer grupo de presbíteros que realizó la peregrinación a Saint Joseph en Pocatello. El Padre Camilo García invitó a los fieles a aprovechar los dos meses restantes, antes de concluir el Año Jubilar para visitar alguno de los sitios santos designados por el obispo y obtener la indulgencia plenaria. Recordó que “la confesión perdona los pecados, pero es la indulgencia plenaria la que borra las consecuencias del pecado”, siempre que se cumplan los requisitos indicados por la Iglesia: estar en gracia para recibir la comunión, rezar por las intenciones del Papa y participar en la Eucaristía durante la peregrinación. Finalmente, el sacerdote animó a los fieles a prepararse espiritualmente para las próximas fiestas del año litúrgico —Cristo Rey, la Inmaculada Concepción y la Navidad—, aprovechando este tiempo de gracia para participar en las celebraciones y obtener las indulgencias plenarias antes de que concluya el Año Santo.
- Los obispos estadounidenses emiten un “mensaje especial” sobre inmigración desde la Asamblea Plenaria celebrada en Baltimore
12 de noviembre de 2025 BALTIMORE – Al reunirse la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) durante su Asamblea Plenaria de Otoño en Baltimore, los obispos emitieron un mensaje especial en el que expresaron su preocupación por la situación cambiante que afecta a los inmigrantes en los Estados Unidos. Fue la primera vez en doce años que la USCCB recurrió a esta forma particularmente urgente de expresarse como cuerpo episcopal. La última vez que lo hizo fue en 2013, en respuesta al mandato federal sobre anticonceptivos. De conformidad con las normas relativas a las declaraciones y publicaciones de la Conferencia, solo se pueden emitir «mensajes especiales» en las asambleas plenarias y se trata de declaraciones que el presidente de la Conferencia, el Comité Administrativo o el conjunto de los miembros considera apropiadas en vista de las circunstancias del momento. Para demostrar el consenso del organismo, un «mensaje especial» debe recibir dos tercios de los votos de los miembros de la Conferencia presentes y votantes en la sesión plenaria para ser aprobado. Con 216 votos a favor, 5 en contra y 3 abstenciones , los obispos aprobaron por abrumadora mayoría el mensaje especial, lo que fue seguido de un prolongado aplauso del organismo tras la votación. El texto completo del mensaje especial de los obispos a continuación: Como pastores, los obispos de los Estados Unidos, estamos unidos a nuestro pueblo en nuestro Señor Jesucristo, por lazos de comunión y compasión. Nos inquieta ver en nuestras comunidades un clima de temor y ansiedad ante las prácticas de perfilamiento y la aplicación de las leyes migratorias. Nos entristece profundamente el tono que ha adoptado el debate contemporáneo y la creciente denigración de los inmigrantes. Nos preocupan las condiciones en los centros de detención y la falta de acceso a una atención pastoral adecuada. Lamentamos que algunos inmigrantes que viven en los Estados Unidos han perdido su estatus migratorio de manera arbitraria. Nos preocupan las amenazas contra la santidad de los lugares de culto, y el carácter especial de los hospitales y las escuelas. Nos entristece profundamente cuando nos encontramos con padres que temen ser detenidos al llevar a sus hijos a la escuela o cuando intentamos consolar a familiares que ya han sido separados de sus seres queridos. A pesar de los obstáculos y prejuicios, por generaciones, los inmigrantes han contribuido inmensamente al bienestar de nuestra nación. Como obispos católicos, profesamos nuestro amor por nuestro país y oramos por su paz y prosperidad. Por este preciso motivo nos sentimos obligados en este entorno a elevar nuestras voces en defensa de la dignidad humana otorgada por Dios. La enseñanza católica exhorta a las naciones a reconocer la dignidad fundamental de todas las personas, incluidos los inmigrantes. Como obispos, abogamos por una reforma significativa de las leyes y los procedimientos migratorios de nuestra nación. La dignidad humana y la seguridad nacional no son valores en conflicto. Ambas pueden alcanzarse con buena voluntad y uniendo esfuerzos. Reconocemos que las naciones tienen la responsabilidad de controlar sus fronteras y establecer un sistema de inmigración justo y ordenado por el bien común. Sin dichos procedimientos, los inmigrantes corren el riesgo de caer en la trata de personas y en otras formas de explotación. Las vías legales y seguras sirven como antídoto frente a esos riesgos. La enseñanza de la Iglesia se basa en la preocupación fundamental por la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios. (Génesis 1:27). Como pastores, recurrimos a las Sagradas Escrituras y al ejemplo de Dios mismo, donde encontramos la sabiduría de la compasión de Dios. La prioridad del Señor, como nos recuerdan los profetas, es para los más vulnerables: las viudas, los huérfanos, los pobres y los migrantes (Zacarías 7:10). En el Señor Jesús, vemos a Aquel que se hizo pobre por nosotros (2 Corintios 8:9), vemos al buen samaritano que nos levanta del polvo (Lucas 10:30-37) y vemos a Aquel que se encuentra en los más pequeños (Mateo 25). La preocupación de la Iglesia por el prójimo y nuestra preocupación aquí por los inmigrantes son una respuesta al mandato del Señor de amar como Él nos ha amado (Juan 13:34). A nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, estamos con ustedes en su sufrimiento, pues si un miembro sufre, todos sufren (1 Corintios 12:26). ¡No están solos! Observamos con gratitud que tantos de nuestros sacerdotes, religiosos consagrados, y fieles laicos ya están acompañando y asistiendo a inmigrantes en sus necesidades humanas básicas. Exhortamos a todas las personas de buena voluntad a continuar y ampliar esos esfuerzos. Nos oponemos a las deportaciones masivas e indiscriminadas. Oramos por el fin de la retórica inhumana y de la violencia, ya sea dirigida contra inmigrantes o contra los organismos de seguridad. Oramos para que el Señor guíe a los líderes de nuestra nación y estamos agradecidos por las oportunidades pasadas y presentes de dialogar con funcionarios públicos y electos. En este diálogo, continuaremos abogando por una reforma migratoria significativa. Como discípulos del Señor, seguimos siendo hombres y mujeres de esperanza , ¡y la esperanza no defrauda! (Romanos 5,5). Que el manto de Nuestra Señora de Guadalupe nos envuelva a todos en su maternal y amoroso cuidado y nos acerque cada vez más al corazón de Cristo.
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