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LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y LA PÉRDIDA DEL LIBRE ALBEDRÍO

Updated: 2 days ago


Diácono Thomas Middleton

Parroquia Saint Jhon Paul II

 II parte


Dios nos creó con libre albedrío para que pudiéramos elegirlo a Él, elegir el bien y elegir la luz... o no. Aunque la inteligencia artificial (IA) es una tecnología extraordinariamente útil y en constante avance, algunas aplicaciones utilizan algoritmos de inteligencia artificial tan potentes en su capacidad para manipular el comportamiento humano que cooptan nuestro libre albedrío. ¿Alguna vez has oído a alguien decir que se siente esclavo de su teléfono? Puede que sea cierto.


Resulta que varios algoritmos de aplicaciones basados en IA son lo suficientemente potentes como para promover comportamientos adictivos. Explotan la psicología humana a través de un ciclo constante de anticipación de recompensas, manteniendo a los usuarios comprometidos con contenidos que desencadenan la liberación de dopamina: placer, recompensa, novedad. Puede parecerse mucho a una adicción y sentirse como tal. Aunque no todos tenemos el mismo nivel de vulnerabilidad, muchas personas experimentan ansias, pérdida de control y síntomas de abstinencia.


La causa fundamental es el condicionamiento conductual de los algoritmos de las aplicaciones basadas en IA. ¿Alguna vez te has sentido culpable por no volver a un videojuego después de tomarte un descanso? Has sido condicionado. Los algoritmos están diseñados para maximizar el tiempo de pantalla. No están diseñados para maximizar tu bienestar. Estos algoritmos se utilizan en todo tipo de contenidos, no solo en videos.


Los algoritmos de las aplicaciones basadas en IA registran el tiempo de pantalla, las repeticiones, las pausas, los deslizamientos, los “me gusta”, los compartidos, los comentarios, los sonidos de los vídeos e incluso las expresiones faciales para predecir tus micropreferencias, con el resultado final de una fuente de contenido altamente personalizada e interminable, con un programa de refuerzo de ratio variable.



Es el mismo mecanismo neurológico que hace que la gente se vuelva adicta a las máquinas de Las Vegas y te mantiene despierto en la cama desplazándote por tu teléfono hasta las dos de la madrugada. Los usuarios caen en “madrigueras” de contenido cada vez más estimulante o extremo. Los videojuegos utilizan el ritmo de recompensa y la búsqueda de objetivos para crear ciclos de ansia de anticipación de dopamina.



La IA ajusta la dificultad para que apenas consigas pasar, lo suficiente para sentir que lo estás haciendo bien, pero sin llegar a estar completamente satisfecho. Proporciona recompensas intermitentes a intervalos estratégicos (cosas gratis, bonificaciones) que crean un gancho psicológico.

 

 De manera similar, las plataformas de redes sociales utilizan la estimulación emocional para mantenerte involucrado. La IA realiza análisis continuos para aprender qué temas o emociones te mantienen activo y compara los datos con los de millones de otros usuarios. Aumenta el número de publicaciones que generan emociones de alta excitación (placer, ira, orgullo, miedo), porque impulsan aún más la participación. Todos estos algoritmos impulsados por la IA están protegidos como información privada. Solo se puede suponer el funcionamiento interno a un nivel detallado.


TikTok, Instagram, Facebook, X, YouTube, Pinterest y Reddit utilizan algoritmos de aplicaciones basados en IA para controlar tu comportamiento. Las fuentes de noticias y los motores de búsqueda utilizan programación de IA para dar prioridad a los titulares y las historias que más probablemente captarán tu atención o se ajustarán a tus intereses. Aplicaciones como Spotify, Pandora y YouTube utilizan IA para recomendar canciones o podcasts mediante el análisis del historial de escucha, los tiempos preferidos y el tono emocional. La IA también impulsa la publicidad dirigida en todas las plataformas, seleccionando qué usuarios ven qué productos o promociones. Mediante el análisis instantáneo de datos, los bots de IA determinan por sí mismos la mejor manera de mantenerte conectado, incluyendo el uso de contenido para adultos. La verdad es irrelevante.


Si utilizas esas aplicaciones, la IA trabaja sin descanso para manipularte. Estás siendo controlado, incluso cuando no estás conectado. Ahora, imagina la industria del entretenimiento para adultos y el uso de algoritmos impulsados por IA que explotan el desencadenante de la dopamina del placer. La combinación de algoritmos impulsados por IA y placer es abrumadora espiritual y psicológicamente para muchas personas. Se vuelven adictas, a menudo en su propio perjuicio. No es difícil imaginar que, debido al poder de los algoritmos, millones de personas en todo el planeta son psicológicamente adictas a los sitios de contenido para adultos.


Santo Tomás de Aquino


Santo Tomás de Aquino dijo que tenemos deseos humanos naturales o “apetitos concupiscentes”. Nuestro deseo de placer es un ejemplo claro. Estos deseos no son malos, sino parte del ser humano. Cuando se estimulan constantemente sin moderación, anteponiendo el placer a la razón, se convierten en apegos desordenados a las cosas de este mundo. Por esta razón, la adicción a los algoritmos de IA no es solo un problema psicológico. Aprovecha la concupiscencia humana y es un asunto espiritual grave que implica la erosión de nuestro libre albedrío otorgado por Dios. Embota nuestros sentidos espirituales. Las virtudes de la templanza, la prudencia y la fortaleza nos serán muy útiles para resistir las tentaciones de los algoritmos impulsados por la IA. Es algo así como el antiguo anuncio de patatas fritas: “Nadie puede comer solo una”. O, tal vez, más parecido al consumo de metanfetamina. Se dice que un solo consumo crea el riesgo de adicción.


Debemos romper el patrón repetitivo de desencadenantes y comportamientos manipulados que nos alejan de elegir a Dios y liberarnos de vidas de uso compulsivo. Limitar el tiempo frente a la pantalla ya no es suficiente. El autocontrol y la autodisciplina se ven simplemente abrumados por estos poderosos programas. La IA no va a desaparecer. Debemos usar el intelecto y la razón a la luz de la fe para educarnos y protegernos. Debemos recuperar nuestras almas y recuperar el poder de elegir el bien. Debemos proteger a nuestros hijos, que son mucho más vulnerables a las manipulaciones conductuales impulsadas por la IA. Es hora de romper el ciclo de adicción impulsado por los algoritmos de las aplicaciones de IA que buscan robarnos el libre albedrío que nos ha dado Dios.

 

Nota: He utilizado programas de inteligencia artificial para realizar la investigación necesaria para completar este artículo.

 


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