Taller Vida Exitosa en Pareja
- Vero Gutierrez

- Oct 31
- 6 min read
Coordinado por el Ministerio Hispano/Latino, la Oficina de Matrimonio y Vida de la Diócesis de Boise y la parroquia Saint Jerome

Vero Gutiérrez
Editora Asistente
JEROME.- Del 24 al 26 de octubre se realizó el primer taller “Vida Exitosa en Pareja”, en un trabajo conjunto entre las oficinas del Mi- nisterio Hispano/Latino, la Oficina de Matrimonio y Vida de la Diócesis de Boise y la parroquia de Saint Jerome. Participaron 17 parejas provenientes de Jerome (ciudad sede), Twin Falls, Idaho Falls y Boise.
El taller fue impartido por el diácono Juan Carlos Urquijo, de la diócesis de Santa Clara (Cuba) y actualmente profesor del Instituto Pastoral del Sureste. Los temas de esta primera fase se centraron en el autoconocimiento personal, de la pareja, las familias de origen, la relación interpersonal con la familia y la relación con Dios.
Urquijo explicó que el propósito de estos talleres es fortalecer la vida de la pareja de manera integral, promoviendo su crecimiento humano y cristiano, lo cual repercute de forma positiva en los hijos.
El fundador de los talleres es Ignacio Marquínez, psicólogo, sociólogo de origen español, doctor en Ciencias de la Familia por la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid), quien además recibió un entrenamiento en psicoterapia por 6 años. Al concluir su entrenamiento, Marquínez inició la práctica clínica, y fue entonces cuando comenzó a observar en las parejas dos carencias recurrentes: la falta de una preparación seria y profunda para vivir en pareja y la ausencia de un mantenimiento continuo de la vida
conyugal.
Para subsanar esa carencia, creó un método que ha desarrollado durante muchos años con parejas en España, Perú y Cuba, porque considera que en esos y otros países hace falta una cultura de preparación profunda para la vida en pareja.
En entrevista con Jesuitas Familia, Ignacio Marquínez señaló que, para profesiones como medicina, ingeniería, o aviación se requieren muchos años de estudio y práctica, mientras que para algo tan trascendente y complejo como vivir prolongadamente con otra persona — logrando equilibrio, felicidad, realización personal y una adecuada paternidad — hay pocos estudios y preparación en la mayoría de las parejas.
Los talleres están estructurados en tres intervenciones:
1. Autoconocimiento: revisar el origen de cada miembro de la pareja (cultura familiar, experiencias previas de pareja, y familias de origen).
2. Comunicación: Profundizar en la importancia de la comunicación y el manejo de los sentimientos.
3. Vida afectiva y sexual: Trabajar la relación afectiva y sexual para mantener el entusiasmo y las pequeñas atenciones que sostienen el matrimonio.
El diácono Urquijo destacó también la necesidad de que la Iglesia acompañe a los matrimonios y familias cristianas, partiendo del amor a Dios, al prójimo, la fidelidad a la Iglesia y al matrimonio sacramental. Sobre cómo llegaron los talleres a Cuba, explicó que, por obra del Espíritu Santo, una religiosa María Fe Sierva de San José conoció al fundador en Madrid e invitó a Marquínez a Cuba para trabajar inicialmente con las vocaciones religiosas de su orden, y luego propuso ampliar la experiencia a las parejas.
Posteriormente, Urquijo y su esposa María del Carmen —en ese momento, coordinadores de la Pastoral familiar de la Diócesis de Santa Clara— colaboraron en la implementación.

El diácono aclaró que el objetivo no es crear un movimiento, sino ofrecer los talleres y formar a los matrimonios. Una vez completadas las tres etapas y después de un tiempo de práctica, se sugiere realizar un taller de mantenimiento para evaluar los logros alcanzados.
El fundamento teórico y metodológico de los talleres incluye: la psicología Gestalt (que ve al ser humano como un todo integrado: mente, cuerpo y emociones), la teoría de sistemas del lenguaje del cuerpo (que sostiene que el cuerpo es un sistema de comunicación integrado con la mente y las emociones) y la Teología del Cuerpo (enseñanza de San Juan Pablo II sobre el significado del cuerpo humano, el amor, la sexualidad y la vocación del amor según el plan de Dios).
Los talleres están divididos en tres áreas fundamentales de la vida de la pareja, basadas en la realidad actual. La primera área es el autoconocimiento personal, ya que se ha descubierto que muchas personas llegan al matrimonio sin haberse conocido a sí mismas ni desarrollar una vida interior profunda. También se trabaja el autoconocimiento de la pareja y el análisis de las familias de origen, las necesidades individuales y compartidas, las siete asignaturas — elementos básicos en los que la pareja debe llegar a consensos—, la formación de valores en la familia y la relación con Dios.
En la segunda área se descubre la importancia de la comunicación en la vida de la pareja, partiendo del reconocimiento y la expresión de los sentimientos. Muchos especialistas en pastoral familiar han encontrado que el 80 % de las separaciones se deben a la ausencia de comunicación.
En la tercera área se aborda la vida afectiva y sexual, un tema esencial porque con los años se puede perder el entusiasmo por las pequeñas atenciones cotidianas — tomarse de la mano, mirarse a los ojos — que sostienen la intimidad. El trabajo busca que la relación afectiva sea el fundamento de una vida conyugal y sexual más profunda.
El fundador inició los primeros talleres en Cuba. De las personas que cursaron los tres talleres se hizo una selección de 15 parejas para recibir un entrenamiento especial de acompañamiento matrimonial y familiar durante dos años. Los talleres no solo fortalecen a las parejas, sino también a las comunidades; muchas personas que participan luego se entusiasman por ayudar a otras parejas y dar formación a jóvenes. Cualquier pareja puede participar, independientemente del nivel académico, solo se requiere un nivel básico de comunicación para leer y expresar opiniones.
La metodología se basa en pequeñas charlas y dinámicas participativas, reflexión personal, trabajo en pareja, intercambio con otras parejas y dinámicas grupales. El número ideal de participación es entre 15 y 18 parejas para trabajar con mayor profundidad.
La fe es un fundamento del taller: el sustrato profundo es el amor a Dios, a Jesús resucitado y a la Virgen María. Por ello, cada jornada comienza y termina invocando su intercesión, y al concluir el taller se celebra la Eucaristía. Para este encuentro, el Párroco de Saint Jerome, José de Jesús González, presidió la Misa.
Durante el encuentro, varios matrimonios compartieron las valiosas experiencias que vivieron a lo largo de las dinámicas y reflexiones del día.

Vicente Guillén
“Me gustó mucho este taller; mi pareja y yo aprendimos cosas nuevas. Ahora estamos en la etapa de preparación para nuestro matrimonio por la Iglesia. Nos enseñaron cosas muy prácticas para mejorar nuestra relación de pareja: a ser mejores personas, a ponernos de acuerdo, a respetarnos, y a tener paciencia. Nos llevamos muchos consejos de las parejas con más experiencia. Les recomiendo a otras parejas que lo tomen. Nosotros no solemos participar en retiros, pero este sí nos gustó y esperamos con ilusión el segundo. Me gustaron las dinámicas porque me ayudaron a identificar en qué he fallado con mi pareja para poder solucionarlo”.
Jazmine Guerrero
“Me gustó mucho; fue algo diferente y nuevo para nosotros. Estamos empezando nuestro matrimonio y, qué mejor que hacerlo de la mano de Dios. Lo recomiendo porque todos lo necesitamos; estoy emocionada por continuar con el segundo taller”.

María Granados
“Dios nos enseña que el amor verdadero nace de un corazón que primero ha aprendido a amar a Dios y así mismo. Solo cuando reconocemos que somos hijos amados del Padre podemos amar al otro con libertad y madurez”.
Antonio Granados
“Fue una gran experiencia vivir el taller. A veces pensamos que ya lo sabemos todo, pero eso es un error. Nos falta comunicación, comprensión mutua y atender esas pequeñas pero importantes necesidades: escuchar a tu pareja, prestarle más atención, darle un abrazo, un beso o invitarla a salir durante la semana, solo ella y yo. Me gustó compartir este tiempo con otras parejas; aprendí algo de cada una de ellas. Gracias al diácono Urquijo y todas las personas que hicieron posible este taller” .

Aracelí Gómez
“Me llevo muchas enseñanzas de este día. En una de las dinámicas aprendí que podemos amar lo que hacemos con un simple cambio de palabras: en lugar de decir ‘debo hacer esto’, decir ‘quiero hacer esto’. Ese pequeño cambio hace una gran diferencia. Entre los muchos aprendizajes de hoy, destaco también haber comprendido cómo comunicar mejor mis sentimientos con mi esposo, con quien llevo 45 años de matrimonio, y él también puede expresarme los suyos”.
Gustavo Gómez
“Me gustó mucho; fue una experiencia muy bonita. A pesar de que soy una persona muy tímida, me llevo una gran experiencia y definitivamente se la recomiendo a otras parejas. Me encantó compartir este tiempo con todas las parejas que participaron y con el diácono Juan Carlos Urquijo”.
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