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De la ingeniería al Evangelio

Casi  5 mil misioneros FOCUS de Estados Unidos, reunidos en Avemaría en Florida, una iglesia construida en un terreno de más de dos mil hectáreas y en su inte-  rior se puede apreciar una escena de la Anunciación de 9 metros de altura tallada en mármol. (Foto/ cortesía Mauricio Rodríguez)
Casi  5 mil misioneros FOCUS de Estados Unidos, reunidos en Avemaría en Florida, una iglesia construida en un terreno de más de dos mil hectáreas y en su inte-  rior se puede apreciar una escena de la Anunciación de 9 metros de altura tallada en mármol. (Foto/ cortesía Mauricio Rodríguez)

Graduado de la Universidad de Idaho, Mauricio Rodríguez, cambia el teclado por

   la misión y parte a Colorado como misionero universitario con FOCUS.



Por Vero Gutiérrez

Editora Asistente

 

En lugar de salir de la universidad en busca de un salario competitivo, Mauricio Rodríguez eligió un camino muy distinto: dejó a un lado una prometedora carrera como ingeniero en computación para convertirse en misionero. Su meta no es hacer dinero, sino pedirlo, para poder dedicarse de lleno a evangelizar a jóvenes universitarios.

Mauricio, egresado de la carrera de Ciencias de la Computación en la Universidad de Idaho, en Moscow, es el primer joven hispano graduado de esta institución que dedica dos años de su vida al servicio misionero. Su destino: la Universidad de Mesa en Denver, Colorado.


Cuando Mauricio Rodríguez escuchaba sobre FOCUS (Fellowship of Catholic University Students), no le llamaba mucho la atención. La idea de tener que recaudar fondos para poder evangelizar le parecía algo incómoda, incluso vergonzosa. “Eso fue lo que más me detenía... pensar que tenía que pedir dinero para poder ser misionero”, confiesa.

Sin embargo, todo cambió cuando empezó a ver el impacto real de los misioneros en la vida de sus compañeros de universidad. “El año pasado todavía estudiaba Ciencias de la Computación en la Universidad de Idaho. La mentalidad que se vive ahí es: estudias, te gradúas y, consigues un buen trabajo para poder ganar mucho dinero. Yo pensaba hacer eso mismo.”



El equipo de Colorado Mesa University. De izquierda a derecha Joseph Zavala, Amanda Schaul, Mauricio Rodríguez, Jaclyn Gazewood. (Foto cortesía Mauricio Rodríguez)

 



Durante un trabajo temporal en una planta azucarera, se dio cuenta de algo importante: aunque trabajaba en programación, alineado a su carrera, no sentía plenitud. “Ahí entendí el valor del trabajo de ingeniero, pero también que yo quería hacer algo más. No me llenaba.”


Sin compromisos familiares ni personales, sintió que era el momento de entregar su tiempo para ayudar a otros. Exploró varias opciones mi-sioneras: organizaciones que trabajan con personas en situación de calle, grupos seculares que llevan agua a comunidades necesitadas... hasta que volvió a mirar a FOCUS.

Después de discernir durante varios meses, y con el acompañamiento de un sacerdote, tomó la decisión. “Él me dijo algo que me marcó: en esta misión no solo puedes ayudar a las personas en esta vida, sino también  para la eternidad. Eso me dio claridad.”

Rodríguez decidió seguir adelante con los ojos puestos en el grupo de misioneros FOCUS, con quienes por cierto había tenido una experiencia muy enriquecedora durante el verano de 2023.


Misioneros de diferentes lugares, reunidos   en Lincoln, Nebraska. (Foto cortesía Mauricio Rodríguez)
Misioneros de diferentes lugares, reunidos en Lincoln, Nebraska. (Foto cortesía Mauricio Rodríguez)

En ese tiempo Mauricio era estudiante del cuarto semestre de la licenciatura en Ciencias de la Computación en la Universidad de Idaho y fue invitado por los misioneros de FOCUS para vivir una experiencia como misionero en el estado de Maine.

A partir de ese momento la vida de Mauricio comenzó a tomar un giro y de ser un estudiante un poco distante de la fe, comenzó a sentir el deseo de participar asiduamente de la Eucaristía y apoyar activamente en su parroquia de St. Agustine’s Catholic Center en Moscow y después en St. Jerome su parroquia de origen.




Mauricio Rodríguez en la primera fila agachado, con el resto de jóvenes que fueron seleccionados ,  en la reunión de la región  Southwest de FOCUS , antes de salir a sus respectivas misiones. (Foto Cortesía)
Mauricio Rodríguez en la primera fila agachado, con el resto de jóvenes que fueron seleccionados , en la reunión de la región Southwest de FOCUS , antes de salir a sus respectivas misiones. (Foto Cortesía)

El siguiente paso para Rodríguez consistió en acudir a una entrevista con FOCUS en noviembre, en Denver para determinar si podía ser seleccionado como misionero.

“Ver a otros jóvenes con distintos caminos de vida —algunos recién graduados, otros profesionales— me inspiró. Me llamaron poco después para decirme que había sido aceptado.”


El 12 de mayo de 2025 se graduó oficialmente como ingeniero en computación. Y el 20 de mayo viajó a Lincoln, Nebraska, para comenzar su formación como misionero junto a 125 jóvenes de todo Estados Unidos. “FOCUS  tiene nueve  años en la Universidad de Idaho, pero soy el  primer hispano egresado de aquí que se une como misionero.”


 El entrenamiento se realizó durante cinco semanas y se formaron en cinco áreas: humana, espiritual, intelectual, apostólica y en desarrollo de apoyo financiero.

“Tuvimos clases de teología, Biblia, cómo invitar a otros a conocer a Jesús. también aprendimos cómo pedir fondos para sostener nuestra misión. El día empezaba a las 8:45 a.m. y terminaba hasta las 9 de la noche. Fue intenso y transformador.”


Mauricio fue asignado a la Universidad de Colorado Mesa, en Denver. Su equipo está formado por cuatro misioneros. “Nos dieron una carta como una misión especial, luego nos encontramos en un parque para conocer a nuestro equipo. Fue muy emotivo.”

Su compromiso es por dos años. En agosto se reunirá con su equipo para conocer la ciudad y prepararse para el nuevo año escolar. “Lo que más espero de este tiempo es crecer en mi relación con Dios.


Ser misionero no es algo seguro ni tradicional, implica confiar mucho en Él. También quiero crecer como hombre, en paciencia, comunicación y virtudes. Y poder ayudar a los estudiantes que están perdidos, que sienten tristeza o confusión, sobre todo en ambientes universitarios donde la fe se ha apagado.”


Aunque al principio sintió temor de contarles a sus padres, su decisión fue bien recibida. “Pensaba que se enojarían, como hispanos vinieron a este país con el sueño de que sus hijos tuvieran una carrera y un buen trabajo. Pero me sorprendieron. al decir: si tú eres feliz, nosotros también lo somos. Mi mamá, que ahora se involucra más en nuestra parroquia local, está feliz. Mi papá, que trabaja en una lechería, también me apoya. Ellos saben que no es fácil, pero creen en mí.”


Mauricio tiene 22 años. Es el mayor de tres hermanos. Su hermana está por terminar la universidad y su hermano menor acaba de graduarse de la preparatoria. “Mis papás me enseñaron que la educación es lo más importante. Y ahora, estoy convencido de que compartir la fe también lo es.”

 


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