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El desierto florece: fe y esperanza en la celebración guadalupana

Procesión por algunas de las calles del centro de Boise en honor a Nuestra Señora de Guadalupe, con motivo del 494.º aniversario de sus apariciones en el Tepeyac. (Foto/ Vero Gutiérrez)
Procesión por algunas de las calles del centro de Boise en honor a Nuestra Señora de Guadalupe, con motivo del 494.º aniversario de sus apariciones en el Tepeyac. (Foto/ Vero Gutiérrez)

Vero Gutiérrez

 Editora Asistente

 

Con devoción y respeto, las comunidades anglo e hispana participaron de la celebración en honor a Nuestra Señora de Guadalupe, que culminó con la Celebración Eucarística, cierre de los festejos guadalupanos de este año.


 Al concluir la Misa, los fieles participaron en una procesión por algunas de las calles del centro de Boise, que finalizó con un festejo comunitario en las instalaciones del gimnasio junto a la catedral.


La procesión partió de la Catedral de Boise y regresó al mismo lugar tras recorrer las calles del centro de la ciudad,
La procesión partió de la Catedral de Boise y regresó al mismo lugar tras recorrer las calles del centro de la ciudad,

 La procesión estuvo encabezada por una imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, montada en un marco y rodeada de banderas de distintos países.  Con la cruz alta y los ciriales, los monaguillos fueron al frente de la procesión seguidos de los sacerdotes, Padre Germán Osorio, rector de la Catedral, el Padre Tim Segert, el diácono O’Neill Derrick y los fieles, además de diferentes grupos de danzantes representativos de algunas culturas indígenas mexicanas, así como bandas de música, mariachi y jinetes.


Un grupo de parroquianos vestidos con trajes típicos de la región de Michoacán, durante la pocesión.
Un grupo de parroquianos vestidos con trajes típicos de la región de Michoacán, durante la pocesión.

 Durante la Misa, el Padre Germán Osorio destacó la importancia de que ambas comunidades participen juntas en esta celebración especial y de reconocer a la Madre de Dios como patrona  de las Américas.


 Por supuesto, el tema sobre el Adviento estuvo entrelazado con la figura de María como la principal protagonista en este tiempo de espera para celebrar el nacimiento de Jesucristo.


 

Este es el quinto año consecutivo en que se realiza la procesión por el centro de Boise en honor a la Virgen de Guadalupe. La primera tuvo lugar en el año 2021. (Foto/ Vero Gutiérrez)
Este es el quinto año consecutivo en que se realiza la procesión por el centro de Boise en honor a la Virgen de Guadalupe. La primera tuvo lugar en el año 2021. (Foto/ Vero Gutiérrez)

 

El sacerdote recordó las palabras del profeta Isaías, quien proclama un poderoso mensaje de esperanza: “El desierto y la tierra árida se regocijarán; el desierto se alegrará y florecerá”.  “Este es el corazón del Adviento”, afirmó el Padre Osorio, “Dios viene precisamente donde la vida se siente seca, dividida o herida, y Él está preparando una renovación”.


El profeta Isaías habla de ojos y oídos que se abren, de cojos que saltan y de mudos que cantan. Recordó que no se trata solo de la curación individual, sino más bien de la restauración de un pueblo, de una comunidad que se reúne de nuevo en el camino sagrado que conduce a Dios.


Los Caballeros de Colón, catequistas, la Legión de María y diversos ministerios  participaron en la celebración en honor  a la Virgen de Guadalupe el pasado 14 de diciembre.
Los Caballeros de Colón, catequistas, la Legión de María y diversos ministerios participaron en la celebración en honor a la Virgen de Guadalupe el pasado 14 de diciembre.

Continuando con el tema de la celebración a Nuestra Señora de Guadalupe el Padre Osorio, comentó que, en esta temporada de espera, nos regocijamos porque Dios no permanece distante. Él se acerca a nosotros.


Este mensaje, dijo, se reafirma al celebrar a Nuestra Señora de Guadalupe, quien, en 1531, la Virgen María se apareció no a un hombre poderoso, sino a uno humilde, San Juan Diego. Ella habló su idioma, compartió su cultura y reveló a un Dios que ve, escucha y camina con su pueblo. A través de la aparición y el mensaje de Nuestra Señora de Guadalupe, el desierto de la desesperación floreció en fe para todo un continente.


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Hoy, la visión de Isaías y el mensaje de Nuestra Señora de Guadalupe se encuentran aquí, entre nosotros. Nuestra parroquia catedralicia tiene la bendición de contar con dos grandes comunidades, la anglosajona y la hispana, con diferentes historias, idiomas y tradiciones. Sin embargo, el Adviento nos recuerda que somos un solo pueblo, caminando hacia el mismo Dios.


Nuestra Señora de Guadalupe está entre nosotros no como una madre que divide, sino como la Madre de Dios que reúne a sus hijos.


Ella nos enseña que la unidad no significa uniformidad, sino caminar juntos, escucharnos y reconocer a Cristo en cada persona. Cuando esto sucede, el desierto florece; cuando permanecemos unidos en la fe, la alegría vence el miedo y la esperanza supera la división.


El Padre Germán Osorio, rector de la Catedral, se detuvo en un momento del recorrido para saludar a los parroquianos y unirse a ellos en las porras dedicadas a la Guadalupana.
El Padre Germán Osorio, rector de la Catedral, se detuvo en un momento del recorrido para saludar a los parroquianos y unirse a ellos en las porras dedicadas a la Guadalupana.

 

Como dice Isaías: “Los que el Señor ha rescatado volverán… y tendrán alegría eterna”.

Esta alegría no es solo para un grupo, es para todos los que confían en Dios.


Mientras continuamos nuestro camino de Adviento, caminemos juntos, anglosajones e hispanos, guiados por la Virgen María, fortalecidos por la esperanza y confiados en que el Señor viene a salvarnos.

 


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