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Siete jóvenes seminaristas MSP renuevan sus votos

Geovany Emanuel González,Sergio Armando Rodríguez,César Álvarez, Luis Miguel Ferrusquilla, José Luis Sánchez, Carlos Elías, Rogelio Flores, son los siete  jóvenes del Seminario de los MSP en el Monasterio de la Ascensión que renovaron sus votos. (Foto ICR/ Vero Gutiérrez)
Geovany Emanuel González,Sergio Armando Rodríguez,César Álvarez, Luis Miguel Ferrusquilla, José Luis Sánchez, Carlos Elías, Rogelio Flores, son los siete jóvenes del Seminario de los MSP en el Monasterio de la Ascensión que renovaron sus votos. (Foto ICR/ Vero Gutiérrez)

Por Vero Gutiérrez

Editora Asistente


Mountain Home.– En una celebración llena de alegría y fe, con la presencia de la comunidad parroquial de Our Lady of the Good Counsel, el pasado 9 de agosto siete jóvenes renovaron sus votos de pobreza, castidad y obediencia, continuando así su camino de formación hacia el sacerdocio en la congregación de los Misioneros Servidores de la Palabra, en el seminario del Monasterio de la Ascensión en Jerome, Idaho.


Durante la celebración, cada uno firmó la carta de compromiso que los vincula por un año más a esta entrega total a Dios, en espera de la renovación definitiva que tendrá lugar al concluir los cuatro años de formación teológica.


Los seminaristas  Rogelio Flores y Sergio Armando Rodrígez, firmando sus cartas de renovación  en el altar, durante la celebración. (Foto ICR/ Vero Gutiérrez)
Los seminaristas Rogelio Flores y Sergio Armando Rodrígez, firmando sus cartas de renovación en el altar, durante la celebración. (Foto ICR/ Vero Gutiérrez)

Cuatro de ellos, que ya completaron la etapa de Filosofía, inician ahora el periodo de cuatro años de estudios en Teología.


La Misa fue presidida por el Padre Abraham Ávila, MSP, superior de la orden en Idaho, y concelebrada por el Padre Moisés Urzúa, MSP, párroco de Our Lady of the Good Counsel, y el Padre Jesús Cruz Hernández, MSP. También participó el recién ordenado diácono permanente Allen Darrow.


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Padre Abraham Ávila MSP , durante la celebración Eucarística con el Padre Moisés Urzúa MSP, asistidos por el diácono Allen Darrow.

En su homilía, el Padre Abraham recordó la importancia de cada uno de los votos religiosos y explicó las diferencias entre el amor esponsal, propio del matrimonio, y el amor filial de la familia. En la vida religiosa –dijo– el amor no es exclusivo ni limitado, sino que se ofrece de manera abierta a toda la humanidad, sin fronteras de país, raza o cultura, porque todos somos hijos de Dios.


“En la vida consagrada –expresó– no se puede tener un amor selectivo, como el de los esposos que se eligen mutuamente de manera exclusiva. El amor del consagrado está dispuesto a entregarse a cualquier persona que encuentre en su camino, con gratuidad, sin esperar nada a cambio y aun con el riesgo de ser incomprendido o traicionado.”

El Padre Abraham subrayó que este amor, como en el matrimonio y la familia, se sos-tiene únicamente en Dios, quien es la fuente de todo amor. “La vida del misionero implica renunciar a afectos que puedan nublar su visión y poner en primer lugar el cumplimiento de la voluntad de Dios”, añadió.


Momento de la renovación de votos
Momento de la renovación de votos

Reconoció que, a los ojos del mundo, puede parecer extraño que un joven entre- gue su vida a Dios sin buscar las seguridades comunes de formar una familia, tener un empleo estable o asegurar un patrimonio. “Pero la vida consagrada –afirmó– es un llamado a vivir sin seguridades humanas, confiando plenamente en la Providencia, para acercar a las personas a Dios y trabajar por una sociedad renovada.”


El Padre Ávila destacó también el papel fundamental de los laicos: “Su oración, su cercanía y su apoyo material son esenciales para que los consagrados podamos perseverar en nuestra misión, dijo. Todos, laicos y consagrados, estamos llamados a ser testimonio de la presencia de Dios en el mundo.”


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En la primera fila los seminaristas que renovaron votos de pobreza , castidad y obediencia . Tres de ellos estudian Filosofía y cuatro inician estudios en Teología, En la segunda fila, atrás, el diácono Allen Darrow, y los Misioneros Servidores de la Palabra, Padre Jesús Cruz Hernández, Padre Abraham Ávila y Padre Moisés Urzúa, (Foto ICR/ Vero Gutiérrez)

La celebración se unió espiritualmente a otros seminaristas y religiosos de la congregación de los Misioneros Servidores de la Palabra que, en distintos lugares del mundo, en esa misma hora, renovaban sus votos, hacían votos perpetuos o se consagraban por primera vez.


Carlos Elías Galdámez:Significa una renovación de las promesas que he hecho a Dios y de mi relación con Él. Es caminar siempre unido a Él en esta consagración que me ha permitido vivir, para alcanzar la meta que es la santidad.”


Sergio Armando Rodríguez: “Dios es quien da plenitud a mi vida. Podemos poseer muchas cosas materiales, pero al final podemos sentirnos vacíos; a veces incluso renunciamos a estar cerca de nuestra familia. Sin embargo, la renovación, la consagración y este compromiso con Dios llenan mi corazón. Por eso puedo afirmar con certeza que la vida consagrada es, para mí, verdadera plenitud.”


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