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Un nuevo director espiritual para Cursillos en la Diócesis de Boise
- Vero Gutierrez
- Oct 3
- 4 min read
“Dios no se cansa de esperarnos”. Con estas palabras, el Padre Germán Ruís Rebollo resume el corazón de su misión al aceptar ser el nuevo director espiritual del Movimiento de Cursillos de Cristiandad en la Diócesis de Boise. Su historia personal con el Cursillo, que comenzó en México hace más de una década, hoy lo impulsa a acompañar a quienes buscan vivir la fe con alegría y compromiso.
Fue el pasado 17 de abril de 2025, cuando el Obispo Bishop Peter invitó al Padre Germán Ruís como nuevo director espiritual del Movimiento de Cursillos de Cristiandad en la Diócesis de Boise para la comunidad Hispano – Latina. Actualmente, el Padre Ruís se desempeña también como administrador de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús en Emmet.
El Padre Germán nació el 28 de mayo de 1984 en Michoacán, México, y fue ordenado el 9 de junio de 2011 en la Arquidiócesis de Morelia con otros once jóvenes.
En sus primeros siete años de sacerdocio en México, el Padre Germán estuvo ejerciendo su ministerio en diferentes parroquias y también como formador en el Seminario de aquella diócesis.
Hace tres años, el Padre Germán aceptó la invitación del Obispo Peter para venir a apoyar a esta Diócesis, porque incluso tenía la residencia permanente en Estados Unidos que adquirió cuando era muy joven gracias a que su padre trabajó muchos años en Chicago.
Al llegar a Idaho, fue nombrado vicario parroquial en la Parroquia de Saint John Paul II, en Idaho Falls y después como vicario de la Parroquia de Our Lady of The Valley. El 16 de septiembre de 2022, el Padre Germán se hizo ciudadano estadounidense.
Cuando aún era vicario en Our Lady of The Valley, el Padre Germán comenzó a recibir comentarios y sugerencias de los fieles para apoyar al Movimiento de Cursillos, dirigido anteriormente por el Padre José Ramírez.
Después de un tiempo de discernimiento y oración, el Padre Ruis aceptó este llamado, convencido de que el Señor lo invitaba a servir en este movimiento.
El encuentro personal del Padre Germán con Cursillos se remonta al año 2010, en Morelia, Michoacán, México, cuando vivió su propio cursillo junto con otros seminaristas en la Casa San Luis. Aquella experiencia marcó su camino espiritual, pues le permitió profundizar en el amor de Dios y fortalecer su compromiso de vivir la fe en comunidad y en servicio a los demás.
Para él, ser director espiritual de un movimiento laical como Cursillos significa caminar junto a los laicos, escucharlos, acompañarlos y recordar que todos somos discípulos en misión.
“El director espiritual no está para dirigir desde arriba, sino para alentar, sostener y ayudar a discernir la voluntad de Dios en la vida cotidiana”, señala el Padre Germán.
El Padre Ruis describe el carisma de Cursillos como un carisma profundamente evangelizador: llevar el amor de Cristo a los ambientes cotidianos a través de la amistad, el testimonio y la comunidad. En este sentido, subraya que el movimiento es una forma concreta y alegre de ser Iglesia en el mundo.
En la Diócesis de Boise, donde la diversidad cultural plantea grandes retos y oportunidades, el nuevo director espiritual ve a Cursillos como un puente entre la Iglesia y las personas alejadas, un motor de renovación espiritual y una plataforma para la formación de líderes cristianos para que vivan su fe con coherencia y alegría en todos los ambientes.
Padre Germán, reconoce también que los desafíos actuales son grandes, especialmente la indiferencia religiosa y el individualismo. Particularmente, en la comunidad latina, dijo también existen ruptu- ras familiares por el trabajo, el estudio y la cultura materialista; sin embargo, confía en la fortaleza de la comunidad hispana, y la facilidad que tiene para crear comunidad, su sentido de religiosidad. Agradeció además que cuentan con el apoyo de diáconos y sacerdotes para enfrentar estas dificultades.
El acompañamiento espiritual, asegura, será clave en esta nueva etapa. Para él no se trata de algo opcional, sino de un elemento esencial del cre- cimiento en la fe: escuchar, orientar, orar juntos y ayudar a cada persona a descubrir cómo Dios actúa en su vida concreta. Por eso, planea animar la vida espiritual de los servidores, líderes y participantes mediante retiros, momentos de oración, dirección espiritual en las escuelas y una formación constante.
Finalmente, el Padre Ruis dirige un mensaje especial a aquellos cursillistas que se sienten desanimados o alejados: “Dios no se cansa de esperarlos. Aunque se hayan alejado, el Señor sigue creyendo en ustedes. El cursillo que vivieron no fue una casualidad, fue una semilla. Y aunque a veces parezca dormida, puede volver a florecer. ¡Vuelvan a la comunidad, vuelvan al amor de Dios!”.
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